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Hoy fuimos recomendados a ir a comer al cachopo que quedó segundo en el campeonato de cachopos de no sé dónde. Estará bueno, digo yo.
Bueno… el resultado fue agridulce. Nos dio la impresión de que los ingredientes están muy bien escogidos y son de muy buena calidad, pero están mal elaborados. Igual es que el cocinero tuvo un mal día, pero nos tocó. El cachopo estaba muy aceitoso. Demasiado.
Nos decidimos por un menú de cachopo que, por 49.50€, consistía en:
– Tortos con picadillo
– Croquetas caseras de jamón
– Patatas bravas al estilo 11 guajes
– Cachopo de campeonato.
Los tortos con picadillo sabían bien. Tenía por ahí escondido huevo y no estaba excesivamente fuerte. Nos gustó, salvo el torto. Fue el torto más duro que he probado nunca. Duro de cortar y duro de masticar.
Las croquetas, en cambio, brutales. De las mejores que he comido en mucho tiempo. Creo que su rebozado es panco y su relleno es muy cremoso. Bien fritas y con buena forma. Me dan ganas de repetir sólo por las croquetas.
Las patatas es algo fuera de lo normal. Según nos contaron, son patatas que se pelan con piel y se cortan en trozos. Se dejan sumergidas en aceite durante 24 horas y al día siguiente se fríen, de ahí su color oscuro. Esta técnica desconozco si es buena o mala. El resultado es… raro. No sabían mal. Se sale de lo convencional y es sorprendente. La salsa es alioli y por encima un poco de salsa de tomate natural y picante. Y algo de verde, en este caso cebollino. Muy raro, pero se pudieron comer. Raro en el sentido de rareza de la palabra, ya que nunca lo vi así.
Y el cachopo… Bueno… ya dije antes que estaba aceitoso. Mucho! Una lástima porque tenía buena pinta. La carne estaba tierna y blanda. El relleno llevaba queso de cabra, algo de queso que fundiera, pimiento y jamón. Es un relleno contundente.
El rebozado es una maravilla: Panco. Crujiente. Y este rebozado se supone que no absorbe el aceite, pero debieron de poner el cachopo en aceite frío porque estaba empapado. Tuvimos que dejar parte.
El tamaño no es grande. Se deja comer entre 2 con varios entrantes.
Supongo que el día que quedó subcampeón lo habrán cocinado mejor. Al final no nos supo a nada, sólo a aceite.
Los postres… brutales. Un helado de vainilla casero, que realmente sabía a vainilla. Un mousse de chocolate casero…
El otro era un souflé. El merengue estaba superdenso. Muy dulce pero no crujía azúcar. Y helado por dentro. Una maravilla los dos.
No sé si repetiré… No parecía un mal lugar.
Bueno… el resultado fue agridulce. Nos dio la impresión de que los ingredientes están muy bien escogidos y son de muy buena calidad, pero están mal elaborados. Igual es que el cocinero tuvo un mal día, pero nos tocó. El cachopo estaba muy aceitoso. Demasiado.
Nos decidimos por un menú de cachopo que, por 49.50€, consistía en:
– Tortos con picadillo
– Croquetas caseras de jamón
– Patatas bravas al estilo 11 guajes
– Cachopo de campeonato.
Los tortos con picadillo sabían bien. Tenía por ahí escondido huevo y no estaba excesivamente fuerte. Nos gustó, salvo el torto. Fue el torto más duro que he probado nunca. Duro de cortar y duro de masticar.
Las croquetas, en cambio, brutales. De las mejores que he comido en mucho tiempo. Creo que su rebozado es panco y su relleno es muy cremoso. Bien fritas y con buena forma. Me dan ganas de repetir sólo por las croquetas.
Las patatas es algo fuera de lo normal. Según nos contaron, son patatas que se pelan con piel y se cortan en trozos. Se dejan sumergidas en aceite durante 24 horas y al día siguiente se fríen, de ahí su color oscuro. Esta técnica desconozco si es buena o mala. El resultado es… raro. No sabían mal. Se sale de lo convencional y es sorprendente. La salsa es alioli y por encima un poco de salsa de tomate natural y picante. Y algo de verde, en este caso cebollino. Muy raro, pero se pudieron comer. Raro en el sentido de rareza de la palabra, ya que nunca lo vi así.
Y el cachopo… Bueno… ya dije antes que estaba aceitoso. Mucho! Una lástima porque tenía buena pinta. La carne estaba tierna y blanda. El relleno llevaba queso de cabra, algo de queso que fundiera, pimiento y jamón. Es un relleno contundente.
El rebozado es una maravilla: Panco. Crujiente. Y este rebozado se supone que no absorbe el aceite, pero debieron de poner el cachopo en aceite frío porque estaba empapado. Tuvimos que dejar parte.
El tamaño no es grande. Se deja comer entre 2 con varios entrantes.
Supongo que el día que quedó subcampeón lo habrán cocinado mejor. Al final no nos supo a nada, sólo a aceite.
Los postres… brutales. Un helado de vainilla casero, que realmente sabía a vainilla. Un mousse de chocolate casero…
El otro era un souflé. El merengue estaba superdenso. Muy dulce pero no crujía azúcar. Y helado por dentro. Una maravilla los dos.
No sé si repetiré… No parecía un mal lugar.
Localización: Avenida del Molinón s/n,
Zona: Los bajos del molinón, Gijón
Teléfono: 984.28.48.19
Parking: Sí, en el molinón
Página web: 11guajes.com
Precio: 50€
Relación Calidad/Precio: Bien
Coordenadas GPS 43.536033,-5.6364773
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