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Son especialistas en cachopos y sólo hay dos tipos: El de Jamón y queso y el de cecina con queso de cabra. Lo ideal, ya que en otros sitios hay muchas clases de cachopo y al final no merecen la pena o son mezclas demasiado exageradas. Sólo dos, pero de diferente tamaño. Está el individual, el de para dos personas y el XXXL.
Nosotros probamos el individual y el de para dos personas y son suficientes para dos personas y para 3 ó más, respectivamente (siempre contando con algún entrante).
El cachopo es fino, muy fino. Su carne es los más finos que he probado nunca. Pero eso no quita que esté malo. Es un cachopo grande y fino, con lo que viendo su relleno, tamaño y calidad, lo califico de «equilibrado». No marchas de ahí con una gran fartura de esas que te estropean toda la tarde, pero sí marchas bastante bien. El relleno es también equilibrado. Sabes que están ahí todos los ingredientes pero ninguno en exceso. Falta un poco de queso para mi gusto, pero esto es algo que digo en el 99% de los cachopos que comí (me encanta que sangre queso). La carne es muy tierna y se mastica muy bien, al igual que su relleno.
El rebozado es crujiente, adherido a la carne y con sabor agradable. No lo convierte en un plato pesado ni aceitoso.
El jamón y el queso son también suaves. Lo ideal para que no roben protagonismo al plato en su conjunto. La cecina y queso de cabra son también muy buenos, pero la cecina sí roba algo de protagonismo. Se nota que es buena cecina, y como tal, tiene buen sabor y potente. Ese cachopo sabe bien a cecina para la delicia de los amantes de este embutido. Enmascara un poco el sabor del cachopo pero lo realza si es que vas buscando ese sabor.
El cachopo está bien frito. Al ser fino es difícil que quede poco hecho. El aceite es bueno y poco usado, sino nuevo. No está aceitoso ni tiene otros sabores más que el del cachopo. Quizás, al ser tan fino, mantiene poco el calor y el queso no aparezca fundido. Pero a su favor decir, que aunque enfría el cachopo, la carne no se vuelve dura. Aseguran que no machacan la carne para obtener esa ternura ni esa ternura. A carne destruzada por un mazo no sabe.
Las patatas son caseras. Cortada por ellas, fritas en buen aceite y con muy buen sabor. La verdad es que me encantaron.
Los tamaños son como en las fotos y el XXXL es la bandeja entera y las patatas aparte.
Aparte del cachopo, probamos las croquetas de cecina. Plato casi obligatorio en todos los sitios a los que vamos y que son un buen indicador de cómo se cocina. Nos gustaron mucho. Como es buena cecina y con buen sabor, hace que la croqueta en general tenga gran sabor en todos sus bocados. Cortada muy fina. Rebozado crujiente y el relleno espeso. Según me contaron, hacen las croquetas a diario. Creo que será plato obligatorio cada vez que vaya. 11€ la ración.
Los calamares frescos tampoco se quedan atrás. Durillos y a la vez tiernos, con buen sabor y buen rebozado. 15,50€ la ración pero merece la pena. Con ellos me ha gustado probar las salsas. Nos han puesto un pequeño cuenco con 3 salsas: Cabrales, alioli y bravas. Las tres son caseras.
La cabrales es muy buena. Nos encantó.
El alioli es de sabor mediano. No sabe mucho a ajo pero tampoco da la sensación de saber únicamente a mayonesa.
La palma se la lleva las bravas. Tomate natural triturado, frito y picante. Espectacular. Para mí, con el toque justo de picante. No deja la boca abrasada que quita el sabor al resto de platos pero se nota bien que es brava.
Pero lo que más me gusta es mojar los calamares en alioli. Y la mezcla que pude disfrutar fue excelente.
También probamos una ensalada especial de la casa que estaba de lujo. Muy adornada con los ingredientes, con una tira de bonito (no bonito de lata desmigado, sino una buen trozo de lomo de bonito) una bola de vinagreta que daba muy buen sabor al pescado y sin aliñar (como debe ser) para poder aliñarlo a gusto de cada uno. Por encima también llevaba pimiento asado por ellos mismos. Un plato casero en toda regla.
La foto no corresponde a una ración, sino una degustación.
Y creo que por último, probamos un trozo de pastel de cabracho casero, realizado por ellos. Nos contaron que su secreto era usar cabracho de verdad. Y se nota en el sabor. Buena textura, muy prestoso. La foto tampoco se corresponde con una foto de ración, sino con una degustación. La ración creo que sería el doble.
Los postres también buenísimos y, por supuesto, caseros. Primero te dicen todos los que tienen caseros y luego los comprados con un ratio de 8 a 2. Pedimos varios. Por ejemplo, en la imagen se puede ver el frixuelo relleno de helado de dulce de leche. El frixuelo es grande y bien frito. Su precio creo que eran 5€. También la tarta de la abuela, a 4,50€ (crema, galleta y chocolate): Muy consistente y de buen sabor. El tamaño es generoso. También probamos la tarta de la casa, de natillas y bizcocho y hasta probamos la tarta de 3 chocolates. Todos caseros y todos para repetir.
¿Qué tiene de malo este lugar? Tiene dos pegas. Una es que si no reservas, es muy probable que no tengas sitio para comer. Acuérdate de reservar. La otra es que los fines de semana hay 2 turnos, si vas al primer turno, hay que terminar para dejar al turno siguiente. Da tiempo de sobra. Siempre avisan al reservar. Merece la pena. No sólo es comida casera, sino que se nota que está hecha con amor y cariño maternal. y lo que sobra… pa casa pa cenar!
Localización: Manso, 26, Gijón
Zona: La arena (Parque Isabel la Católica)
Teléfono: 985.33.44.15
Parking: No
Página web: Facebook
Precio: A partir de 15€
Relación Calidad/Precio: Muy Buena
Coordenadas GPS: 43.538661, -5.646441
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Dan ganas de ir, menuda pinta tiene todo. Yo sigo haciendo los cachopos en casa, ya me salen divinos. Un poco más pequeños que los asturianos, peroooo es que no somos tan comilones en casa,
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