Cachopo en Mesón la Comtienda, Oviedo.

Menuda cantidad de gente que hay en esta calle a la hora de comer. Cómo se nota que no soy de Oviedo. En realidad iba a ir a otro sitio recomendado pero resulta que estaba cerrado (vacaciones, supongo) así que el azar nos llevó a este otro sitio que lleva abierto desde el 10 de abril del 2014. Gente joven, local limpio, comedor separado y tranquilo… pues hale, pa’dentro!

Nos atendió una chica joven y, al parecer, con experiencia de lo que sirven ahí, pues nos iba aconsejando o diciendo lo bueno que estaba si lo había probado. El trato fue muy bueno, marchamos contentos. Hasta nos preguntó si sabíamos lo que era un cachopo («Sí, alguno comimos», respondimos). Cachopo pequeño, pero por 12€, ¿qué más se puede pedir? ¡Pues dos!

El rebozado estaba bien adherido y era muy crujiente. En esto han acertado bien. Con el relleno también hemos quedado satisfechos. El jamón, cortado muy fino y con pinta de ser bueno y bien de queso. Buena presentación, estilo a cachopo de autor pero sin notarse en el precio. La carne podría ser mejor pero sin queja. En general no destaca en nada en especial pero estaba bien. Se deja comer. No estaba aceitoso.
Un fallo gordo, garrafal para mi paladar, intestino y arterias, fueron las patatas. Patatas congeladas del Basilio. Un error que creo que no debería de cometer un sitio así. Tanto cariño y detalle que le ponen a todo y a las patatas no le han hecho ni caso. El acompañamiento es tanto o más importante que el propio plato. Es el extra que se le añade a una buena comida. Ahí suspende con muy mala nota.

Y no sólo eso, sino que pedimos patatas tres salsas y nos vino un montón de patatas congeladas con salsas. Una enorme lástima. Sobretodo una lástima porque la salsa alioli estaba muy buena y la salsa cabrales también. Las tres salsas eran caseras y se notaba. Las bravas no estaban tan buenas. No picaba, estaban demasiado aguadas y tenían poca consistencia. Sobresaliente al Alioli y al cabrales, aprobado bajo las bravas y muy deficiente las patatas. Al menos estaban bien fritas y sin estar aceitosas. Menos mal que la chica nos dijo que una ración era demasiado y pedimos sólo media (5€).

Los chipirones ya nos advirtió la chica que estaban muy buenos. Acertó. Bien fritos, poco aceite, buena cantidad y un buen precio (10€). En medio de los chipirones había una salsa que no llegamos a saber de qué era. La chica tampoco supo decirnos o no quiso. Tenía un cierto sabor a cebolla y quedaba muy bien con los chipis, como lo llamaba la chica con cariño. Se acompañaba de cebolla caramelizada y perejil espolvoreado (Tanto detalle para que luego la jodan con patatas congeladas).

Las croquetas estaban buenas. Por 8€ no nos quejamos. Aunque estaban buenas, no llega a la máxima categoría del ranking de la abuela (recordar que pocos sitios llegaron) pero son de esas croquetas que pides y no te importa pagar por ellas. Quizá poca cantidad. Sólo 8 croquetas, con lo que sale a 1€/croqueta.

Un detalle que no vi en ningún sitio (salvo en italianos) es que pregunten si quieres un bollo de pan. Son bollos pequeños recién hechos. Pero a veces no te apetece hincharte a pan y tienes que pagarlo igualmente. El bollo, pequeño pero muy rico, cuesta 0,75€. Aunque pagar por el agua de 1L 3,25€ me parece un robo.
Buen sitio, sí. Recomendable. ¡¡¡PERO NO PEDIR PATATAS!!! ¡y en su facebook ponen una foto del cachopo con unas patatas estupendas y panaderas. Yo quería esas patatas y no la mierdolada que nos dieron!
Por si alguien no lo ha notado… ¡no me gustan las patatas congeladas en un buen restaurante!