Casa Suncia. Cabueñes

Habíamos decidido ir a Casa Suncia para el día especial «Milwaukee! Porque todos los días pueden ser maravillosos, Milwaukee, te queremos!» pero un compañero de trabajo no dijo que si vamos y resulta un mal sitio, Milwau nos deja de hablar; que lo mejor era ir a hacer antes una prueba. Con lo que le hicimos caso y decidimos ir a probar hoy.

He oído hablar muy bien de este sitio, pero la primera impresión que tuve del local no fue muy buena. La gente aparcaba en donde le daba la gana. Bueno, donde le daba la gana tampoco; Tan solo ocupaban 2 ó 4 sitios. En fin… No entiendo por qué la gente aparca mal u ocupando plazas de minusválidos teniendo sitio. El lugar está en frente de mercadona. No se ve el supermercado porque está al otro lado del parque, pero los que sepan ir a mercadona, sabrán ir a Casa Suncia. Y viceversa.

Bien, entramos, nos sentamos sin problemas. Otra mala primera impresión: 2 carteles indicando que está prohibido fumar. Muy bien por su parte. Lástima que en todas las mesas había gente fumando y todas tenían cenicero. Entonces… por qué engañan poniendo «prohibido fumar»?
Nos dan la carta y pedimos: Ensalada mixta, patatas alioli, patatas con cabrales y, por supuesto, cachopo. Preguntamos si el cachopo era para una persona o se podía comer entre dos. Su respuesta fue «se puede comer» con lo que pedimos uno para cada uno. Mala idea…

De primero nos trajeron la ensalada mixta y las patatas. La ensalada mixta era normal, aunque el bonito estaba en dos trozos grandes y tuvimos que deshacerlo. Por lo demás no dejaba de ser una ensalada. Aunque la lechuga nos sabía dulce; No sabemos si es por la clase de lechuga o por el vinagre, pero bueno, comimos bien la ensalada. No saqué foto. No me pareció interesante sacar una foto a una ensalada. Lo siento por los fanáticos de las ensaladas, pero yo las veo a todas muy parecidas.

Luego nos trajo las dos clases de patatas (patatas alioli y patatas al cabrales). Yo comí las alioli, aunque tenía una textura un poco rara… estaba como gelatinosa y demasiada amayonesada, pero sabía a alioli. Un poco suave pero bien. Las patatas sí me gustaron bastantes. La salsa cabrales estaba más licuada, punto a favor, y con perejil picado, cosa que eché de menos en el alioli. Salsa un poco fuerte, cosa que lo hacía muy rica.
Luego el camarero nos quería quitar la salsa excedente. NO, no!! la salsa se quedó. Así pudimos seguir mojando con las patatas que venían con el cachopo.

Cuando vimos el cachopo nos acordamos de las palabras del camarero «Se puede comer». uf! era enorme! bastante más grande de lo que pensábamos que iba a ser. Al principio me gustaba bastante. El rebozado era bastante bueno, muy crujiente y bien hecho, cosa que no puedo decir del interior: El jamón hacía bola en la boca con lo que tuve que quitarlo. El queso fue difícil de encontrar, aunque cuando se encontraba lo encontraba muy sabroso, pero lo dicho, encontró antes Indiana Jones el arca perdida que el queso en este cachopo. Lo que me desagradó bastante fue encontrar bastantes trozos poco hechos e incluso crudos. No sé cómo lo consiguieron ya que el filete del cachopo era como papel de fumar, muy fino, y la carne así suele hacerse bien en poco tiempo, pero en esta ocasión no parece haberlo conseguido.
Finalmente llegamos a la conclusión de: Jamón muy seco y cachopo poco jugoso. Una pena…

El café sabía a tostado. Tenía un regusto a azúcar requemada. Y escaso. Ese es el adjetivo: Escaso. Una taza de café, que ya es pequeño de por sí, para llenarlo solamente por la mitad.
Quedamos bastante llenos. Tanto que no pudimos comer postre. Incluso dejamos bastantes patatas y parte de la carne.

Como conclusión: Una pena de sitio, personalmente hablando.
Tantas cosas malas pero el lugar estaba lleno. Tardaron en traernos la comida por la cantidad de gente que había. Así que a lo mejor somos nosotros los raros o no es un buen sitio de comer cachopos. Lo que no me gustó es tener el olor a tabaco en la ropa cuando salí de comer.