El Mancu, pero hoy de menú

Estábamos estudiando en la universidad, apurando los exámenes cuando nos dimos cuenta que había que comer. Pero la comida de la universidad es grasa a más no poder, con lo que ir a comer ahí es no poder trabajar en toda la tarde debido a la mala digestión que supone. Tenemos sitios muy cerca, pero supone comer un bocadillo o un pincho y eso no es bueno para estudiar, así que propuse ir a comer un menú del día en El Mancu. Queda cerca, se come bien, no es caro y variamos la comida, así que fuimos.

Todo salió como a Anibal Smith: Llegamos rápido, nos sentamos, pedimos el menú y comimos rápido. De primero había pulpo con patatas o arvejos con jamón (aunque ellos lo llamaron guisantes). Yo pedí los arvejos y raudos y veloces me trajeron un plato enorme de arvejos, de arvejos grandes, con caldín, medio huevo cocido y un jamón. Todo ello muy caliente, lo cual se agradeció por el frío que pasamos en la biblioteca, aunque ese frío no es comparable al que se pasa en las aulas, en donde hay ventanas rotas, corriente y la calefacción no funciona bien. Una compañera mía pidió el pulpo con patatas. Ella es de Navarra y quedó asombrada que le pusieran una fuente enorme con el cocido. Repitió varias veces y quedó encantada.

De segundo había cachopo de lomo o emperador. Ella hacía mucho tiempo que no tomaba pescado y a riesgo de no saber qué era exactamente un Emperador, le sonaba a pescado, así que lo pidió. Yo, como no, pedí el cachopo de lomo. El emperador me recordó al bonito frito. Vino un filete frito a la plancha, dos patatas cocidas y una salsa alioli muy suave. El plato también me recordó a lo que suelo comer casi todos los viernes en casa: Un filete de Salmón a la plancha. Ella dijo que el alioli queda bastante bien y pensé en añadírselo a mi salmón. Desde entonces hacemos alioli para acompañar el salmón y queda muy bien, dándole un sabor a ajo que el pescado agradece mucho. Pero el alioli de El Mancu es mucho más suave al que hace mi padre.
Yo comí el cachopo de lomo, pensando que era lomo adobado o lomo blanco, pero o el corte era más longitudinal o era otro animal que no fuera el cerdo, pero la verdad es que estaba muy bueno. Con el mismo rebozado que cuando fuimos a comer cachopos y el mismo relleno, con patatas de verdad, no congeladas. Se notaba que era de menú, pero estaba muy bueno igualmente. Después de comer algo calentito como los arvejos me prestó.

Una vez me mandó un email un obrero que trabajaba por la zona que conocía ese restaurante porque iba a comer ahí el menú todos los días y que se comía muy bien. Me acordé de él y fui a hacerle caso. Pude comprobarlo, tenía razón.
Otras entradas de este restaurante:
– El Mancu, a la aventura
– El Mancu otra vez