El Secreto de Güelita (antiguo Paladares). La Guía

Este día fuimos a celebrar que una compañera finalizó la carrera de ingeniería técnica. El tema de escoger sitios nuevos se está poniendo difícil porque ponemos de exigencia que quede cerca del trabajo para poder volver tranquilamente. Íbamos a ir a El Mancu otra vez, pero finalmente decidimos que habría que probar un sitio nuevo. Buscamos y buscamos y al final encontramos El Secreto de Güelita, en la Guía. No sé si es exactamente en la guía o las mestas… ni siquiera sé si las mestas es un barrio. La cuestión es que se encuentra en frente del grupo Covadonga, donde empieza el callejón a las mestas, justo en frente del molinón. Será por referencias, no? De todas formas se puede ver la localización exacta abajo del todo de esta entrada.
Como siempre, llamé por teléfono para reservar mesa y muy buen trato.

El lugar parece enano a simple vista. Te reciben unas escaleras hacia abajo, pero ahí solo está la recepción. Cuando llegas arriba ya ves el comedor con una decoración muy peculiar. Echando un rápido vistazo te das cuenta del por qué se llama El Secreto de Güelita; Todo está chapado a la antigua: los cuadros, los manteles, los platos, el ambiente… parece una auténtica casa de aldea. Lo cual lo hace un lugar muy acogedor y entrañable. La verdad es que estuvimos bastante cómodos. Incluso los platos estaban como los de mi güela de la aldea, como podemos observar en la foto.

Nos dieron la carta y nos sorprendimos del precio del cachopo. Era un poco caro, así que preguntamos por la cantidad y decidimos pedir un cachopo para dos personas. Para no quedar con hambre decidimos pedir algo de entrante para picar. Pedimos unos calamares frescos y morcilla matachana.
Los Calamares eran realmente frescos. Estaban muy tiernos. Durillos, como son los calamares y como a mi me gustan. Incluso se le veían los tentáculos, cosa que en otros sitios no aparecen. Si vuelvo por ahí, cosa que espero, es posible que pida de entrada otra vez los calamares frescos.

La morcilla matachana era un poco rara (el plato, no la morcilla). Nos dieron la morcilla, una pocas de patatas y un monton de salsa de tomate que en unas zonas parecía salsa de tomate y en otras era salsa brava. Las patatas no eran como a mi me gustan: Gordas, tiernas por dentro y crujientes por fuera. Más bien eran pequeñas. Aún así dimos buena cuenta de todo, de las patatas, de la morcilla y de la salsa. La morcilla y la salsa la rebañamos con el pan, que por cierto, una pasada de pan: Crujiente, calentito y muy rico! solo por el pan merece la pena repetir.

A continuación nos llegó el cachopo. Menos mal que pedimos un cachopo para dos personas. Era bastante grande. Estaba relleno de Jamón y queso, con una textura muy crujiente. El filete era muy fino y la combinación con el empanado era excelente. Se acompaña de unos pimientos de padrón en vez del típico pimiento rojo y unas cuantas patatas. Eché de menos alguna patata más. Nos encantó a todos y es posible que viendo como nos trataron de bien, la comida y el ambiente, repitamos. No sé cuando, pero repetiremos.

Una persona no pidió cachopo. Pidió una parrillada de verduras. Podéis ver una foto más abajo.

De postre pedimos arroz con leche, tarta de chocolate y canutillos de arroz con leche. Probé el canutillo pero no me gustó. El arroz con leche estaba caliente y eso me desagradó. En cambio, la persona que lo pidió le encantó tanto que lamió el plato. Yo puedo hablar de la tarta de chocolate. La verdad es que estaba muy rico, con una textura que invitaba a comerlo muy despacio para saborearlo el máximo tiempo posible.

Como siempre, café. También en una tacita de la güela. Estaba bastante bueno y nos prestó a todos. Realmente es un sitio para repetir. Me encanta tener un móvil con cámara de fotos para poder hacer fotos a todo lo que me gusta. Qué rico es el comer!