Restaurante-Merendero «El Cotarón»

Hoy fuimos a un restaurante nuevo: El restaurante-Merendero «El Cotarón» situado en Castiello, según vas a Cortina, tiras de frente y te encuentras con una casa azul. El acceso está en una carretera con un par de curvas peligrosillas. Una es un peligro porque nos encontramos de frente un coche tomando la curva abierta y hablando por el movil, y la otra porque es un giro de 180º con una pendiente muy pronunciada. Yo en esa curva pondría un espejo sobretodo para los que bajan, que no vayan tan rápido y sepan lo que se van a encontrar. Así que ya sabes, si te encuentras este par de curvas es que vas por buen camino, aunque la casa azul se ve bien desde la carretera y no tiene mucha pérdida.
Tiene aparcamiento. Es bastante amplio así que no creo que haya problemas para aparcar. Tiene terracita con unas vistas preciosas de Gijón, en donde debe de prestar mucho estar ahí sentado, tomando una sidra y unas croquetas y calamares.

La atención fue muy buena. Muy atentos. Nos sentamos en la mesa y leímos la carta. Son los dueños de la pizzería «La Gioconda» que estaba en la calle Pedro Duro. Me gustaba esa pizzería porque abría pronto y era ideal para cuando nos entraba hambre. No como otras que dicen que abren a las 8:30 y en realidad no te sirven hasta las 9; ¡yo tengo hambre antes! Pues en su carta tienen muchos platos de la pizzería: Pizzas, pasta, etc. Así que como no me dejaron pedir ensalada de primero, pedí unos panes de ajo. Yo me imaginaba un bollo de pan pero con sabor a ajo. Al poco nos trajeron unos bollos de pan recién hechos, muy crujientes y calentitos, pero no eran los de ajo. Aún así estaban muy bien. Nunca vi un sitio que te trajera el pan recién hecho. Aunque te puede sentar mal si está demasiado recién hecho (no fue el caso, al contrario). Al poco vino el pan de ajo. Era una especie de minipizza, una torta con un montón de trozos de ajo troceado por encima. La que no comió el pan de ajo dijo que atufaba a ajo y que no besáramos a nadie durante unos días, pero exageraba. A pesar de estar cubierto de ajo, tan solo tenía un regusto a ajo. No repitió en ningún momento del día y prestó. El ajo tiene muchos beneficios y la verdad es que prestó mucho como entrante. Incluso le echaría un poco de queso por encima, pero eso igual consigue quitarte el hambre y no es bueno.
Después nos trajeron croquetas. Eran bastantes croquetas por ración. Uno tuvo mala suerte y no le tocó mucho jamón en el relleno, pero a los demás nos tocó bastante jamón. Por lo demás estaban buenas.

En la carta no venía ‘Cachopo’, sino que venía como «San Jacobo». A priori no hay problema mientras sea lo mismo. Nos ofreció dos tipos de cachopo: El cachopo normal, rebozado y con jamón y queso y otro que no estaba rebozado pero tenía salsa de nata y champiñones. Todos cogimos el normal salvo uno que cogió el de la salsa. Tenía pinta de ser mucho más sabroso, jugoso y con más sabores y la cara de la persona que lo pidió parecía decir que así era. Era del mismo tamaño que los otros pero más elaborado. Es un poco más caro, pero no mucho más, con lo que si te presta la salsa, pídelo con salsa. Es una salsa de nata y el que la pidió me dijo que estaba muy rica, pero empalagosa. Es lo que tiene las salsas de nata: Son muy ricas y muy sabrosas pero empalagan después de comer mucho.
A mi me gustaron mucho las patatas. Estaban bien hechas y estaban saladas en su punto. Un poco más de sal y estarían demasiado saladas. Un poco menos y estarían sosas. Aún así debían de tener buena cantidad de sal pues bebimos mucha agua, pero me prestaron. Se notó que las patatas estaban recién fritas y no estaban refritas. El cachopo no estuvo tan bueno. Una compañera lo calificó de «San Jacobo», tal y como aparecía en la carta. No lo malinterpres, no estaba malo, pero estamos acostumbrados a otra cosa. La carne estaba tierna, pero no era una carne buena como en otros sitios. El rebozado estaba bien. Quizás demasiado Jamón York machacaba el sabor. Uno decía que el jamón york lo endulzaba. Yo creo que una rodaja en vez de dos estaría bueno. Mi cachopo era más grande y menos hecho, y el de otros compañeros era más cuadrado y más hecho. Pongo varias fotos para contemplar la diferencia.

Un detalle que no vi en ningún sitio es que rociaran el plato con perejil picado. Me ha gustado mucho ese detalle. No sabía ni que se hacía. Siempre vi poner una ramita, unas hojas, pero nunca picado y espolvoreado. Al final siempre rebañaba el plato para coger todo el perejil posible y comérmelo. Las especias siempre me gustaron y son muy digestivas. En esta foto podemos contemplar el cachopo que pidió el compañero con salsa de setas.

Los postres muy buenos. Eran tarta helada pero la diferencia con otros sitios es la cantidad de tarta que te echan. Un buen trozo ayuda a hacer la digestión y presta mucho con este calor. Había varias tartas a elegir a parte de arroz con leche, bolas de helado y otros postres. Y como siempre, Café. Muy bueno.
En conclusión, es un buen sitio para ir a pasar la tarde, a picar y disfrutar del día si hace bueno. Tiene buenas vistas, buen ambiente, un trato excelente y un buen parking. Si echas las horas muertas en el merendero puedes aprovechar y cenar. La cocina es buena y de calidad. No es un sitio especial para comer un buen Cachopo pero sí para tomar unas sidras, croquetas, etc.