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Llama mucho la atención la cantidad de detalles que tienen. Hay un camarero por una o dos mesas y todos sincronizados. O te ponen todos a la vez la mesa, o te la quitan todos a la vez. Todos muy amables y simpáticos. Sé que se dice lo mismo de todos sitios, pero aquí es verdad. En otras bodas, como en el Pinar, el camarero estaba de doblete y borracho. La mesa estaba muy bien distribuida. Un montón de cubiertos y algunos no los vi en mi vida, pero mi novia dedujo que uno alargado con 2 pequeños garfios era para sacar la carne de los sitios más inaccesibles del marisco; Yo, como no soy de comer marisco, en mi vida lo vi. Varias cucharillas, que mientras pasaba el tiempo nos íbamos dando cuenta para qué servían.Teníamos dos clases de pan, y una copa para el vino blanco, otra para el vino tinto, otra para el champán y otra para el agua.
De primero nos pusieron una caldereta de mariscos, aunque en realidad era Mosaico tradicional de marisco (langostinos, cigalas, andarica, centollo y su carro). Me sorprendieron viniendo hacia mi preguntándome si era yo esa persona que buscaban a la que no le gustaba el marisco. Cuando lo confirmaron me pusieron una alternativa: Gambones. Esto… el detalle estuvo bien, pero si no me gusta el marisco me podrían haber puesto otra cosa.
En fin, comí de todo aunque no puedo dar un voto positivo debido a que el marisco lo considero una comida poco sustancial: Demasiado trabajo para sacar poca carne. Además no lo encuentro muy sabroso con lo que tengo que echarle un montón de vinagreta para que sepa a algo. Lo sé… el raro debo ser yo viendo cómo devoraban el resto de la mesa el marisco. En el centro de la mesa pusieron varios carros de centollo con un revuelto de marisco o sabe Dios qué era aquello (no entiendo mucho de marisco), que después de todo lo demás de marisco, no triunfó mucho. Se pasaron un poco respecto a cantidades.
Ensuciamos como nunca hemos ensuciado las servilletas, porque aparte de insustancial, el marisco es bien gochu, y al acabar nos trajeron unas toallas calientes con aroma a canela que daba mucho gusto limpiarse con ella. Las manos quedaron limpias y sin olor.
A continuación nos trajeron el pescado: Lubina con pasta de Calamar y ajo blanco y patatas. La pasta de calamar eran una espaguetis negros que sabían a pescado y lo de ajo blanco era el ajo ahí puesto. Debajo de la lubina había dos lonchas de patatas bien gruesas. Estaban ricas aunque bastante saladas, con lo que dejé un poco el vino aparte y me puse a beber mucha agua. La lubina estaba bastante rica. El pellejo se podía retirar de forma rápida y limpia y el pescado estaba fresco, bien hecho y muy sabroso. Y yo no soy de comer pescado (véase título del blog que no se llama «el cachopo de merluza»).
Después del marisco y el pescado nos pusieron unas copitas con un líquido naranja que era como helado. Era el típico sorbete que te dan después del marisco para hacer la digestión: Sorbete de Mandarina al Grand Marnier. Delicioso! y sobretodo, digestivo. Estaba tan rico que pedimos repetir. Yo lo había probado varias veces pero era helado de limón (o sorbete de limón) con cava, pero nunca lo probé con mandarina. Después de tomarlo estábamos dispuestos a seguir comiendo mucho más. Más que helado parecía granizado de mandarina, aunque creo que se hace con helado y batiéndolo.
Y por fin la carne!!! Solomillo ibérico, pimientos padrón y ahumado de Pría , lo que viene a ser un solomillo envuelto en bacon. La carne estaba riquísima. Muy tierna y sabrosa. Lo único que no me gustó fue que estaba envuelto en tiras de bacon y esa la convertía en una carne muy salada. Muy sabrosa, no obstante, pero me obligaba a beber mucha agua para matar la sal. Los pimientos de Padrón estaban pinchado en un pincho largo y al final de éste había 4 patatas fritas. Muy gordas, tanto que una que comí no estaba bien frita, pero ricas. Eran tan gordas y grandes que pensaba que eran trozos de piña. La carne estaba muy tierna y hecha en su punto.
Para beber tuvimos Bodega: balco Cresta Azúl LEmpordá-Costa Brava, Tinto Marqués del Puerto D.O. Ca. Rioja, Cava Brut Nature y Sidra Extra El Gaitero.
Después e que nos retiraran los platos se apagaron las luces y entraron unos camareros con el cocinero y la gran tarta con unas vengalas. El cocinero se puso a hablar con los novios e hicieron el paripé de cortar la tarta para la foto. Y digo paripé porque no nos sirvieron tarta, sinó una gianduja real y helado de yogur búlgaro(Pincha AQUI para ver la noticia del Gianduja), lo que en bocas de profanos viene a ser un mousse de chocolate con helado de frutas del bosque, con alguna fruta del bosque congelado metido todo ello en un cucurucho. El mousse estaba bastante espeso y sin busbujas, asi que igual esa es la diferencia del granduja con el mousse, pero era muy sabroso y rico con un fuerte sabor a chocolate. El helado también prestó mucho y es de lo poco que repetí.
Finalmente, y como debe de ser en una boda, después del banquete he tomado el café, copa y puro. Como regalito nos dieron un Farias pequeñito, pero que me duró varias horas encendido y un vegafina enorme que tendré que mirar a quién se lo regalo, pero no creo que lo fume yo. En la barra libre he tomado una copa de estas enormes de Coñac, que me prestó la ostia. Estuve media tarde con la copa de Coñac y el puro. Me estoy haciendo mayor…
Se puede observar en la fotografía la velocidad de los camareros que no paraban de entrar y de salir. Iban tan rápidos y organizados que en la fotografía sale borrosos.
Para acabar con la boda nos pusieran para cenar una comida tradicional, que consistía en varias cosas para picotear. Por ejemplo había croquetas de Jamón, aunque los camareros no sabían de qué estaban rellenas y al final nos dijeron que eran de callos, con lo que casi nadie de la mesa los probó. Teníamos pulpo, chorizos de todo tipo, brochetas de pimiento padrón/patata/carne, lomo y embutidos de todo tipo, tortilla de patata con pimiento con un cacho pan, minibollos preñados recién hechos (muy calentitos) y alguno relleno de morcilla, gambas y frituras de pescado y paté. Lo rico del paté fue que nos pusieron rebanadas de pan muy fino y tostado. Si hubo algo más, no me acuerdo; Ya estaba un poco asqueado con tanta comida. Apenas se probó nada. Luego unos cuantos pastelitos y café, que yo tomé manzanilla.
Conclusión: Muy buen sitio para ir a celebrar una boda. Los camareros muy organizados y rápidos. La sincronización dio gusto y la comida exquisita. Lo malo fue que había demasiadas reglas. Decíamos que no nos pusieran más pulpo en la cena y la respuesta era que tienen que ponerlo y lo pusieron. Cuando los pasteles nos quitaron el agua, que estaba llena, y nos dijeron que tenían que quitarlo y si queríamos agua, pues que nos fuéramos al bar, así que aprovechamos y llenamos todas las copas antes de que se las llevasen. Otra cosa que no nos gustó fue el excesivo volumen de la orquesta. Por lo demás es un sitio para ir y recomendar para celebrar una boda.
P.D.: eché de menos un buen cachopo XD pero este viernes que viene cae uno.
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Chulo!!! Que aire de persona distinguida te da el puro jeje. Hastamañana.
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